Recinto de Tossa de Mar

Declarado monumento histórico-artístico nacional en el año 1931, el recinto amurallado de la Vila Vella, es el emblema del municipio. Actualmente es el único ejemplo de población medieval fortificada que

Playa de Tossa

Playa de Tossa

todavía existe en el litoral catalán. Aunque fue construida a inicios del s. XIII, a lo largo de los siglos ha sido objeto de diversas restauraciones, siendo la más importante la realizada a finales del siglo XIV, que le han proporcionado su aspecto actual. Se conserva la casi totalidad del perímetro original con muros almenados.

El lienzo de muro distribuye cuatro torreones y tres torres cilíndricas rematadas por matacanes. Las torres más conocidas son la torre d’en Joanàs, que preside la bahía; la torre de las Horas, situada a la entrada del patio de armas, que debe su nombre a que era el único lugar donde se situó un reloj público; y la torre de es Codolar, también conocida como la torre del Homenaje, que preside la playa de es Codolar. En el punto más alto de la Vila Vella había habido un castillo, que consistía en una torre de vigilancia y una estancia de planta rectangular. Actualmente no existe, puesto que en su lugar se edificó el actual faro. El interior de la Vila Vella es un espacio encantador de callejones estrechos pavimentados con guijarros. Todavía se puede disfrutar del encanto de muchos de sus ventanales góticos, bellamente historiados.

En el momento de su máximo esplendor (s. XV – XVI), la Vila Vella integraba unas ochenta casas. La mayoría de éstas aprovecharon el muro de la muralla como pared de fondo. A partir del s. XVI la población se empezó a expandir fuera de la muralla y se levantaron las primeras edificaciones en el barrio de sa Roqueta y a lo largo del camino real. Hay que destacar el magnífico portal dovelado que da acceso a la Vila Vella a través del patio de armas.

Cala de Tossa de Mar

Cala de Tossa de Mar

Del interior de la Vila Vella, cabe mencionar especialmente la antigua iglesia de San Vicente. Esta iglesia de estilo gótico tardío se construyó en el s. XV sobre una iglesia románica anterior, descubierta recientemente y fechada en el s. XII. Orientada norte-sur y situada en una posición privilegiada, sobre un acantilado de cincuenta metros, su aspecto original debía resultar seguramente imponente. Es de una sola nave, con cabecera poligonal a tres lienzos, una sacristía y una capilla lateral a modo de brazo del transepto en su lado oeste; es probable que el espacio se extendiera al este mediante una hilera de tres capillas. Actualmente, solamente el ábside y la sacristía conservan la cubierta. En la cabecera, la vuelta ojival se sostiene por seis nervios que tienen su punto de encuentro en la clave de bóveda decorada con la imagen de San Vicente. Se han encontrado restos de una escalinata en la galilea (en la entrada). En uno de los nervios del absidiolo izquierdo se puede contemplar el capitel dedicado a San Juan Bautista.